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viernes, 20 de febrero de 2009

CRÓNICA FINAL DEL CIL 2009 EN EL MÓDULO CONJUNTO HERMANOS Y SEGLARES


Un grupo de 66 personas –Hermanos y Seglares- nos hemos encontrado durante un mes, venidos de los cinco continentes del mundo lasaliano. Nos parecíamos a los primeros discípulos el día de Pentecostés, hablando en multitud de lenguas -¡hasta inventadas!-, alegrándonos haciendo el bobo, riéndonos de las tonterías que pasaban, compartiendo la oración, lo que vivimos y hacemos...
Por eso, lo primero que nos surge es profundo agradecimiento al Instituto y al Distrito, por la posibilidad que nos ofrecéis a Hermanos y Seglares de participar en una estructura como ésta. Es una suerte que no tiene precio.

Os contamos rápidamente cómo ha sido la dinámica seguida en estas cuatro semanas: comenzamos los primeros días con tiempo para conocernos, entablar conversaciones sobre los proyectos que llevamos adelante, las distintas realidades "lasallistas" (así dicen por aquí)... y perder el miedo con los idiomas… de modo que si queríamos decirle "tren" al de Malasia decíamos "chucu-chucu" y bastaba. Está claro que nos ha unido y une algo más fuerte que nos permite superar la limitación del idioma.

Hemos compartido dinámicas, cantos, proyecciones, charlas... Ha resultado una sorpresa trabajar la Declaración del Hermano (1966-1968) y darnos cuenta de su actualidad, vigencia y fuerza aún hoy, 40 años después. Hemos abierto la mente y el corazón a lo escuchado sobre la Familia lasaliana, la Asociación... y en ello estamos. Las sensibilidades son muy distintas pero logramos encontrar espacios y lenguajes con los que entendernos.

Por las noches han surgido momentos informales para compartir proyectos en los que algunos de los participantes estaban implicados. Han llamado nuestra atención, de modo especial, el proyecto entre los aborígenes de los Hermanos australianos, las Escuelas San Miguel en Chicago, el testimonio de los Hermanos que han vivido en Guatemala en tiempos difíciles… ... ¡Y los que nos quedan por ver para el próximo CIL! Ha sido una verdadera riqueza. Y también hemos gozado de otros momentos más formales como el que tuvimos con el Hermano Superior General y su Consejo para compartir la situación actual de la Familia Lasaliana y su futuro esperanzador.
Por otro lado, el sentimiento de comunión, de fraternidad vivido, nos hace sentir que los cinco panes y dos peces que traíamos se han multiplicado al compartir, y hemos sido capaces de llenar canastos de aliento y esperanza para testimoniar lo vivido allí donde nos encontremos.

También ha habido tiempo para otras cosas… como por ejemplo, poder acercarnos a la tierra de San Francisco de Asís, al lugar donde yace San Pablo, a los lugares de la Roma Lasaliana… y cómo no, a visitar Roma y sus alrededores con nuestros compañeros y compañeras del Distrito y otros que se nos han sumado… con Luis Miguel a la cabeza en algunos momentos… y las visitas de amigos, familiares y por supuesto, de nuestro querido Jesús Miguel Zamora.

Pero no todo ha sido ideal. También ha habido dificultades propias de los distintos vocabularios que empleamos para hablar sobre Asociación y Familia Lasaliana, los roces propios de la convivencia cotidiana…

Escuchar en una de las oraciones en boca de Jesús: “Talita Kum” nos anima a levantarnos de las posibles situaciones de desesperanza y tensión que puedan vivirse en un futuro, de miedo y niebla, para volver a la vida de los ven a Jesús presente entre nosotros.

Y finaliza el CIL como lo comenzamos, recordando que seguimos en la Presencia de Dios que nos ha acompañado y sigue acompañándonos cada día. ¡Viva Jesús en nuestros corazones!

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