ANAIA MAITEOK: EZKERRI KAZKO

Todos tenemos familiares y amigos que viven relativamente lejos de nosotros. Pueden pasar años hasta que nos encontramos y no por eso dejamos de ser familia. Pertenecer a La Salle es una experiencia similar.

En el momento justo de entrar en un hogar La Salle ya sientes que estás como en casa. El domingo cumplimos un objetivo que teníamos pendiente desde hace tiempo: visitar Sestao y conocer in situ a la comunidad de hermanos así como a varios lasalianos que realizan una obra preciosa con niños y jóvenes.

Fueron unas horas llenas de fraternidad viendo la realidad de un barrio que respira crisis. Rostros de diferentes nacionalidades y etnias, casas abandonadas, locales cerrados… La Salle ha leído allí una necesidad y ha sentido la llamada a dar una respuesta creativa al abandono de los más pequeños. Un pequeño local que se llena de niños y niñas en las tardes de colegio: Merienda, apoyo escolar y juegos que sirven para generar lazos de cariño. Nos ha gustado mucho su estilo y su prioridad: ¡Todo el proyecto gira entorno a los niños!

Conocer cómo se gestó esta respuesta educativa, percibir los valores que la sustentan y ver en la expresión de quien realiza la obra ilusión, confianza, y decisión de continuidad son como un espaldarazo a lo que llevamos tiempo dando vueltas en Shemá. Seguimos soñando.

AH!! Nos hemos prometido partido de vuelta en Pucela.