Que tarea tan intensa la de Visitador. Llegar a una casa, incorporar lo extraordinario a lo cotidiano, escuchar y observar el hoy y ahora de la realidad comunitaria. Transmitir el sentido de fraternidad más allá de las paredes de la comunidad…
Queremos dejar constancia de lo mucho que nos ha gustado compartir la oración y la mesa con Andrés porque su presencia ayuda mucho a sentirnos familia lasaliana.
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