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jueves, 16 de octubre de 2008

Amado: sencillamente Hermano


Querido amigo:


Permítenos que te imaginemos ante el Señor, mostrándole tus manos y diciendo "Siervo inutil soy, he hecho lo que tenía que hacer".


Nosotros te hemos conocido en la furgoneta o en el coche, llevándonos y trayéndonos del aereopuerto, eras el principio y el final de muchas experiencias de verano en países del Tercer Mundo. Acompañabas los nervios de la ida y los silencios y anécdotas de las venidas.


Te recordamos en el jardín segando la hierba, acompañando paseos de otros hermanos. Siempre activo, siempre con la sonrisa, siempre sencilllo.


Estas últimas semanas has sido icono en nuestra oración. Todas las personas de la Comunidad tenemos un detalle de tu vida: Tu sencillez no ha pasado de largo. Algo de ti nos queda y lo recibimos con agradecimiento.



Hoy te has presentado ante el Buen Dios con tu carné de conducir... "Amado, Aquí faltan puntos, ¿no?" has escuchado... "¡corregido, que se te repongan al ciento por uno!"


Al caer la tarde de ayer, el H. Amador, a quien siempre llamamos Amado, se dejaba abrazar por las manos entrañables del Padre. Amado, sencillamente Hermano de la Salle

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